MARIANO

(del libro "Cofrade por la Gracia de Dios")

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tu perfecta belleza
A tí celestial princesa,
a ti bendita María
Yo te ofrezco en este día
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes Mmadre mía.

Ahora y en la hora de mi muerte , Amén


Esta oración me acompañaba desde que nací, porque era recitada por mi abuela cuando, tras el baño, colocaba sobre mi cuerpo las ropas,
Previamente calentadas y perfumadas sobre la alambrera del brasero.
Mientras el aroma de la alhucema, iba penetrando mi olfato, mi alma se llenaba de su Pureza, y de amor hacia la Madre Eterna.
Al igual que a mí, a la mayor parte de los sevillanos les han enseñado a sentir a la Virgen como a alguien de la familia, a tenerla siempre presente en todo y para todo, a dirigir a ella nuestras oraciones, nuestras peticiones , nuestros ruegos y nuestro agradecimiento.
Quizás la veamos como más asequible, o quizás sabemos que como Madre , nos comprende mejor y nos ayuda siempre mediando ante el Padre. Lo cierto es que la hemos hecho tan nuestra, que la ciudad se ha hecho suya hasta tal punto, que no se puede hablar de Sevilla sin hablar de María, y la ciudad ha llegado a asumir el apelativo de Tierra de María Santísima.
La devoción de Sevilla por María, es inequívocamente diferente. Prueba de ello es que se ha creado todo un mundo para Ella. Un mundo de pura estética que abarca todos los sentidos. Desde el tacto en los terciopelos y blondas hasta el olfato, donde se produce una verdadera borrachera de sensaciones entre a cera y el azahar, el incienso y la mirra, las flores... y hasta el acre olor a sudor bajo el paso. Desde el gusto, para el que se crea todo un rito de sabores en los alimentos propios de la cuaresma, culminados por el de las torrijas , hasta el oído, para el que todo un mundo de melodía se creó , para deleite y refinamiento musical de los sevillanos .
...Y ... la vista. La reina de estas fechas , porque toda una explosión de luz , de color, de armonía, se abre ante nuestros asombrados ojos, para mostrarles todo un lujo de detalles .
Un mundo creado para Ella, y multitud de advocaciones que se convierten en un nombre más de la familia.
Agustín Pérez González