RETRATO

(del libro Sueños de amor y sueños de Verano)

Son sus ojos dos candelas
y su pelo . . . ¡ay su pelo!.
Su pelo es mi perdición:
tan negro que hasta el carbón
se está muriendo de celos.

Sus pestañas abanicos
y su frente . . . ¡ay su frente!
Suave, tersa y anchurosa
como pétalos de rosa,
como la seda de oriente.

Sus mejillas son claveles
y sus labios . . . ¡ay sus labios!
Tan rojos y sensuales
que hieren como puñales,
como al cielo el campanario.

Sus dientes, cuentas de nácar
y su boca . . . ¡ay su boca!
Es la casa del deseo
y fuente donde me veo
bebiendo con ansia loca.

Su voz, canto de sirena
y sus carnes . . . ¡ay sus carnes!
Si imagino que me abraza,
su cuerpo es ardiente brasa
donde quisiera quemarme.

Agustín Pérez González